Thank you muñequita.
Pase doce años viviendo en una burbuja, hasta que se rompíó.
Pase cinco años viviendo engañado, donde fuí traicionado por aquellos en quien más confiaba, viviendo una mentira, hasta que me mostraron la verdad.
Pase cuatro meses en el cielo, enamorado de un ángel que me enseñó lo que era la felicidad, hasta que la perdí en la eternidad.
Pase siete años en el infierno, hundido en mi propio odio, peleandome con mis demonios y convirtiendome en uno, hasta que me rescataron, hasta que me devolvieron a la vida.
Pase dos años viviendo en el más hermoso de los sueños, fuera de la realidad, embriagado en su presencia, amandola, como aún lo hago ahora, hasta que finalmente desperté.
Pase poco más de un mes confundido, acostumbrandome a la realidad, esforzandome por encontrar mi camino, por resolver mi existencia, y eso, aún no lo consigo.
Finalmente, he pasado las dos últimas semanas tratando de entender que es este calor que ha comenzado a crecer en mi pecho, y que se hace más tibio cada vez que te veo, cada vez que escucho tu voz, cada vez que leo tus palabras, y ahora, tambíen a cada palabra que escribo en esta ocascíon, porque fuiste tú la que me devolvío a este sendero de interminables letras, fuiste tú la que me regresó a mi santuarío de palabras que tanta falta me hacía.
No sé que sucederá ahora, o si sucederá algo en absoluto. El sueño del que desperté aún no se desvanece, incluso puedo verlo con más claridad que antes, se ha quedado grabado en mi corazon por siempre. Sin embargo, despertaste algo nuevo y emocionante en mí, algo que no puedo describir, y que aún no consigo entender, pero que de alguna manera sé que es bueno, se siente bien.
Por lo que has hecho por mí, gracias.
Pase cinco años viviendo engañado, donde fuí traicionado por aquellos en quien más confiaba, viviendo una mentira, hasta que me mostraron la verdad.
Pase cuatro meses en el cielo, enamorado de un ángel que me enseñó lo que era la felicidad, hasta que la perdí en la eternidad.
Pase siete años en el infierno, hundido en mi propio odio, peleandome con mis demonios y convirtiendome en uno, hasta que me rescataron, hasta que me devolvieron a la vida.
Pase dos años viviendo en el más hermoso de los sueños, fuera de la realidad, embriagado en su presencia, amandola, como aún lo hago ahora, hasta que finalmente desperté.
Pase poco más de un mes confundido, acostumbrandome a la realidad, esforzandome por encontrar mi camino, por resolver mi existencia, y eso, aún no lo consigo.
Finalmente, he pasado las dos últimas semanas tratando de entender que es este calor que ha comenzado a crecer en mi pecho, y que se hace más tibio cada vez que te veo, cada vez que escucho tu voz, cada vez que leo tus palabras, y ahora, tambíen a cada palabra que escribo en esta ocascíon, porque fuiste tú la que me devolvío a este sendero de interminables letras, fuiste tú la que me regresó a mi santuarío de palabras que tanta falta me hacía.
No sé que sucederá ahora, o si sucederá algo en absoluto. El sueño del que desperté aún no se desvanece, incluso puedo verlo con más claridad que antes, se ha quedado grabado en mi corazon por siempre. Sin embargo, despertaste algo nuevo y emocionante en mí, algo que no puedo describir, y que aún no consigo entender, pero que de alguna manera sé que es bueno, se siente bien.
Por lo que has hecho por mí, gracias.