domingo, octubre 17, 2010

Thank you muñequita.

Pase doce años viviendo en una burbuja, hasta que se rompíó.

Pase cinco años viviendo engañado, donde fuí traicionado por aquellos en quien más confiaba, viviendo una mentira, hasta que me mostraron la verdad.

Pase cuatro meses en el cielo, enamorado de un ángel que me enseñó lo que era la felicidad, hasta que la perdí en la eternidad.

Pase siete años en el infierno, hundido en mi propio odio, peleandome con mis demonios y convirtiendome en uno, hasta que me rescataron, hasta que me devolvieron a la vida.

Pase dos años viviendo en el más hermoso de los sueños, fuera de la realidad, embriagado en su presencia, amandola, como aún lo hago ahora, hasta que finalmente desperté.

Pase poco más de un mes confundido, acostumbrandome a la realidad, esforzandome por encontrar mi camino, por resolver mi existencia, y eso, aún no lo consigo.

Finalmente, he pasado las dos últimas semanas tratando de entender que es este calor que ha comenzado a crecer en mi pecho, y que se hace más tibio cada vez que te veo, cada vez que escucho tu voz, cada vez que leo tus palabras, y ahora, tambíen a cada palabra que escribo en esta ocascíon, porque fuiste tú la que me devolvío a este sendero de interminables letras, fuiste tú la que me regresó a mi santuarío de palabras que tanta falta me hacía.

No sé que sucederá ahora, o si sucederá algo en absoluto. El sueño del que desperté aún no se desvanece, incluso puedo verlo con más claridad que antes, se ha quedado grabado en mi corazon por siempre. Sin embargo, despertaste algo nuevo y emocionante en mí, algo que no puedo describir, y que aún no consigo entender, pero que de alguna manera sé que es bueno, se siente bien.

Por lo que has hecho por mí, gracias.

miércoles, octubre 13, 2010

UN PEDAZO DE MI CABEZA.

Nuevamente todo acaba de la misma forma en la que empieza. Conmigo sentado en el rincón más oscuro de mí cuarto. Esto no es sino una prueba más de cuan patético realmente soy, de que no soy sino una farsa. ¿Cuándo deje de ser el mentiroso para convertirme en la mentira? Llevo años manteniendo una imagen, la clásica imagen del solitario incomprendido, siempre solo, siempre en la oscuridad, y todos terminaron “dándome el avión”.

Para ser honesto, no creo que nadie sepa la verdad, o al menos no completa. La gran mayoría sigue pensando que todo este asunto mío de esconderme en rincones oscuros, de vestirme únicamente con los elementales blanco y negro, o negro y negro, o a veces negro y azul marino (aunque de hecho uso también rojo de vez en cuando), que todo eso tiene que ver con mi obsesión con el vampirismo. A decir verdad esa obsesión vino después, ya que todo eso solo tenía una razón, la misma que sigue hasta ahora. Miedo.

Últimamente he tenido que estar revalorando mis miedos, y al hacerlo me di cuenta de que a final de cuentas no he cambiado tanto como creí que lo había hecho. Sigo siendo el mismo niño asustado de la misma cosa. A todo el mundo suelo decirle que no me da miedo morir, cosa que de hecho es verdad, pero aquellos que me conocen un poco creen que es porque yo entiendo que la muerte es parte de la vida y que es normal, y bueno, y hermoso, que el miedo a la muerte es completamente irracional porque en realidad nadie se pone a pensar en que también ofrece algo importante y que además que todos realmente deseamos. Ahora bien, toda esa porquería es en realidad verdad, sin embargo, no es la razón por la cual no le temo a la muerte.

Están también las personas que creen que me conocen, y que creen que saben la razón por la cual no temo morir. Esas personas son mis antiguos “compañeros de juegos”. Ellos piensan que la razón es simple y sencillamente que hay cosas peores que morir. Eso también es verdad, ellos lo saben, yo lo sé. Antiguos “compañeros de juegos”. Solíamos “jugar” juntos a cosas interesantes. Vimos mucho, nos pasó mucho e hicimos mucho. Aprendí muchas cosas entonces, y sí, efectivamente hay cosas peores que le pueden suceder a una persona que la más horrible de la muertes. Sin embargo esa tampoco es la razón.

Me gustaría decir que también están las personas que de hecho me conocen y que entienden cuál es la verdadera razón, pero honestamente no sé si las haya. La verdadera razón no tiene nada que ver con experiencia ganada a través de los años, no tiene que ver con ninguna explicación rebuscada, dicha con bonitas palabras que suenen como una lección de vida zen o alguna de esas cosas que me gusta sacar para sentirme más importante, más inteligente, o simplemente mejor que las personas a mi alrededor, cuando de hecho no lo soy. No. La razón es muy ordinaria y muy sencilla. No es morir el que me causa problema porque simplemente no es un problema. Es vivir. Vivir es lo más difícil que uno como ser humano tiene que hacer. Morir es fácil, vivir no cualquiera lo hace.

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