La complejidad del ser
Agonia, la rareza caotica de mi ser se expande bajo la llama de la decadencia, dentro de la oscuridad. El manto que cubre mi rostro es aquel de la verdad inmutable, la realidad prescisa de la originalidad del ser verdadero, de lo exterior, de lo normal. La ficcion constituye la entrada de mi lugar de mayor paciencia, de mayor virtud, la ficcion y la oscuridad, la irrealidad de mi yo interno, mi yo infinito, mi yo verdadero. Lo que se considera real y que cualquiera mira resulta ser simplemente un cascaron, una cubierta hecha de la luz del bien y la bondad, luz que esconde la oscuridad del hombre, de mi naturaleza melancolica, la fachada de mi persona que en verdad es oscura, maligna e incluso diabolica. Pero que es el mal? Mi constitucion demoniaca clama a la maldad? No es dios aquel que abandona? Dios que es la luz de todo lo benigno? Sin embargo la maldad de mi corazon prevalece, mi oscuridad se antepone a su luz, mi corazon esta protegido con el cobijo de la muerte y su manto de paz redentora. El verdadero caos recae en el conocimiento del bien y del mal, caos es el definir lo que es bueno y malo, solo la incertidumbre es salvadora de tal destino, mas alla de la ambigüedad del bien y el mal esta la verdad añorada...