viernes, enero 14, 2011
Nuevamente me siento perdido. Nuevamente me veo leiendo entre lineas, buscando cosas que tal vez no esten ahí. Y es que ya estoy cansado de la decepción que precede el estar cazando fantasmas, ilusiones, el estar persiguiendo espejismos. Oigo palabras, leo lineas y dejo a mi mente volar, la dejo creer que todo eso es para mi, pero nunca lo es, nunca lo ha sido. ¿Y si esta vez es diferente?¿Y si esta vez es la oportunidad por la que he estado esperando? No lo sé, lo que si sé es que no quiero sentir como mi pecho palpita de dolor, no de nuevo, ya no. Me apegare al pasado, me dejare guiar por mi historia, por mi suerte. ¿Que es mejor amar y perder a no amar en lo absoluto? El que piensa así no ha tenido que caminar en mis zapatos. No, esta vez no. Esta vez dejaré pasar la oportunidad, me quedaré sentado sintiendome adolorido, pero no hecho pedazos.
jueves, noviembre 04, 2010
Passion
Passion... it lies in all of us. Sleeping, waiting, and though unwanted, unbidden, it will stir, open its jaws, and howl. It speaks to us, guides us... passion rules us all. And we obey. What other choice do we have?
Passion is the source of our finest moments; the joy of love, the clarity of hatred, and the ecstasy of grief.
It hurts sometimes more than we can bear. If we could live without passion, maybe we'd know some kind of peace. But we would be hollow. Empty rooms, shuttered and dank... without passion, we'd be truly dead.
Passion is the source of our finest moments; the joy of love, the clarity of hatred, and the ecstasy of grief.
It hurts sometimes more than we can bear. If we could live without passion, maybe we'd know some kind of peace. But we would be hollow. Empty rooms, shuttered and dank... without passion, we'd be truly dead.
domingo, octubre 17, 2010
Thank you muñequita.
Pase doce años viviendo en una burbuja, hasta que se rompíó.
Pase cinco años viviendo engañado, donde fuí traicionado por aquellos en quien más confiaba, viviendo una mentira, hasta que me mostraron la verdad.
Pase cuatro meses en el cielo, enamorado de un ángel que me enseñó lo que era la felicidad, hasta que la perdí en la eternidad.
Pase siete años en el infierno, hundido en mi propio odio, peleandome con mis demonios y convirtiendome en uno, hasta que me rescataron, hasta que me devolvieron a la vida.
Pase dos años viviendo en el más hermoso de los sueños, fuera de la realidad, embriagado en su presencia, amandola, como aún lo hago ahora, hasta que finalmente desperté.
Pase poco más de un mes confundido, acostumbrandome a la realidad, esforzandome por encontrar mi camino, por resolver mi existencia, y eso, aún no lo consigo.
Finalmente, he pasado las dos últimas semanas tratando de entender que es este calor que ha comenzado a crecer en mi pecho, y que se hace más tibio cada vez que te veo, cada vez que escucho tu voz, cada vez que leo tus palabras, y ahora, tambíen a cada palabra que escribo en esta ocascíon, porque fuiste tú la que me devolvío a este sendero de interminables letras, fuiste tú la que me regresó a mi santuarío de palabras que tanta falta me hacía.
No sé que sucederá ahora, o si sucederá algo en absoluto. El sueño del que desperté aún no se desvanece, incluso puedo verlo con más claridad que antes, se ha quedado grabado en mi corazon por siempre. Sin embargo, despertaste algo nuevo y emocionante en mí, algo que no puedo describir, y que aún no consigo entender, pero que de alguna manera sé que es bueno, se siente bien.
Por lo que has hecho por mí, gracias.
Pase cinco años viviendo engañado, donde fuí traicionado por aquellos en quien más confiaba, viviendo una mentira, hasta que me mostraron la verdad.
Pase cuatro meses en el cielo, enamorado de un ángel que me enseñó lo que era la felicidad, hasta que la perdí en la eternidad.
Pase siete años en el infierno, hundido en mi propio odio, peleandome con mis demonios y convirtiendome en uno, hasta que me rescataron, hasta que me devolvieron a la vida.
Pase dos años viviendo en el más hermoso de los sueños, fuera de la realidad, embriagado en su presencia, amandola, como aún lo hago ahora, hasta que finalmente desperté.
Pase poco más de un mes confundido, acostumbrandome a la realidad, esforzandome por encontrar mi camino, por resolver mi existencia, y eso, aún no lo consigo.
Finalmente, he pasado las dos últimas semanas tratando de entender que es este calor que ha comenzado a crecer en mi pecho, y que se hace más tibio cada vez que te veo, cada vez que escucho tu voz, cada vez que leo tus palabras, y ahora, tambíen a cada palabra que escribo en esta ocascíon, porque fuiste tú la que me devolvío a este sendero de interminables letras, fuiste tú la que me regresó a mi santuarío de palabras que tanta falta me hacía.
No sé que sucederá ahora, o si sucederá algo en absoluto. El sueño del que desperté aún no se desvanece, incluso puedo verlo con más claridad que antes, se ha quedado grabado en mi corazon por siempre. Sin embargo, despertaste algo nuevo y emocionante en mí, algo que no puedo describir, y que aún no consigo entender, pero que de alguna manera sé que es bueno, se siente bien.
Por lo que has hecho por mí, gracias.
miércoles, octubre 13, 2010
UN PEDAZO DE MI CABEZA.
Nuevamente todo acaba de la misma forma en la que empieza. Conmigo sentado en el rincón más oscuro de mí cuarto. Esto no es sino una prueba más de cuan patético realmente soy, de que no soy sino una farsa. ¿Cuándo deje de ser el mentiroso para convertirme en la mentira? Llevo años manteniendo una imagen, la clásica imagen del solitario incomprendido, siempre solo, siempre en la oscuridad, y todos terminaron “dándome el avión”.
Para ser honesto, no creo que nadie sepa la verdad, o al menos no completa. La gran mayoría sigue pensando que todo este asunto mío de esconderme en rincones oscuros, de vestirme únicamente con los elementales blanco y negro, o negro y negro, o a veces negro y azul marino (aunque de hecho uso también rojo de vez en cuando), que todo eso tiene que ver con mi obsesión con el vampirismo. A decir verdad esa obsesión vino después, ya que todo eso solo tenía una razón, la misma que sigue hasta ahora. Miedo.
Últimamente he tenido que estar revalorando mis miedos, y al hacerlo me di cuenta de que a final de cuentas no he cambiado tanto como creí que lo había hecho. Sigo siendo el mismo niño asustado de la misma cosa. A todo el mundo suelo decirle que no me da miedo morir, cosa que de hecho es verdad, pero aquellos que me conocen un poco creen que es porque yo entiendo que la muerte es parte de la vida y que es normal, y bueno, y hermoso, que el miedo a la muerte es completamente irracional porque en realidad nadie se pone a pensar en que también ofrece algo importante y que además que todos realmente deseamos. Ahora bien, toda esa porquería es en realidad verdad, sin embargo, no es la razón por la cual no le temo a la muerte.
Están también las personas que creen que me conocen, y que creen que saben la razón por la cual no temo morir. Esas personas son mis antiguos “compañeros de juegos”. Ellos piensan que la razón es simple y sencillamente que hay cosas peores que morir. Eso también es verdad, ellos lo saben, yo lo sé. Antiguos “compañeros de juegos”. Solíamos “jugar” juntos a cosas interesantes. Vimos mucho, nos pasó mucho e hicimos mucho. Aprendí muchas cosas entonces, y sí, efectivamente hay cosas peores que le pueden suceder a una persona que la más horrible de la muertes. Sin embargo esa tampoco es la razón.
Me gustaría decir que también están las personas que de hecho me conocen y que entienden cuál es la verdadera razón, pero honestamente no sé si las haya. La verdadera razón no tiene nada que ver con experiencia ganada a través de los años, no tiene que ver con ninguna explicación rebuscada, dicha con bonitas palabras que suenen como una lección de vida zen o alguna de esas cosas que me gusta sacar para sentirme más importante, más inteligente, o simplemente mejor que las personas a mi alrededor, cuando de hecho no lo soy. No. La razón es muy ordinaria y muy sencilla. No es morir el que me causa problema porque simplemente no es un problema. Es vivir. Vivir es lo más difícil que uno como ser humano tiene que hacer. Morir es fácil, vivir no cualquiera lo hace.
Para ser honesto, no creo que nadie sepa la verdad, o al menos no completa. La gran mayoría sigue pensando que todo este asunto mío de esconderme en rincones oscuros, de vestirme únicamente con los elementales blanco y negro, o negro y negro, o a veces negro y azul marino (aunque de hecho uso también rojo de vez en cuando), que todo eso tiene que ver con mi obsesión con el vampirismo. A decir verdad esa obsesión vino después, ya que todo eso solo tenía una razón, la misma que sigue hasta ahora. Miedo.
Últimamente he tenido que estar revalorando mis miedos, y al hacerlo me di cuenta de que a final de cuentas no he cambiado tanto como creí que lo había hecho. Sigo siendo el mismo niño asustado de la misma cosa. A todo el mundo suelo decirle que no me da miedo morir, cosa que de hecho es verdad, pero aquellos que me conocen un poco creen que es porque yo entiendo que la muerte es parte de la vida y que es normal, y bueno, y hermoso, que el miedo a la muerte es completamente irracional porque en realidad nadie se pone a pensar en que también ofrece algo importante y que además que todos realmente deseamos. Ahora bien, toda esa porquería es en realidad verdad, sin embargo, no es la razón por la cual no le temo a la muerte.
Están también las personas que creen que me conocen, y que creen que saben la razón por la cual no temo morir. Esas personas son mis antiguos “compañeros de juegos”. Ellos piensan que la razón es simple y sencillamente que hay cosas peores que morir. Eso también es verdad, ellos lo saben, yo lo sé. Antiguos “compañeros de juegos”. Solíamos “jugar” juntos a cosas interesantes. Vimos mucho, nos pasó mucho e hicimos mucho. Aprendí muchas cosas entonces, y sí, efectivamente hay cosas peores que le pueden suceder a una persona que la más horrible de la muertes. Sin embargo esa tampoco es la razón.
Me gustaría decir que también están las personas que de hecho me conocen y que entienden cuál es la verdadera razón, pero honestamente no sé si las haya. La verdadera razón no tiene nada que ver con experiencia ganada a través de los años, no tiene que ver con ninguna explicación rebuscada, dicha con bonitas palabras que suenen como una lección de vida zen o alguna de esas cosas que me gusta sacar para sentirme más importante, más inteligente, o simplemente mejor que las personas a mi alrededor, cuando de hecho no lo soy. No. La razón es muy ordinaria y muy sencilla. No es morir el que me causa problema porque simplemente no es un problema. Es vivir. Vivir es lo más difícil que uno como ser humano tiene que hacer. Morir es fácil, vivir no cualquiera lo hace.
martes, julio 13, 2010
Esclavo
He recorrido innumerables pasajes, he viajado por interminables lugares. He ido y venido del infierno, he enfrentado a mis demonios una y otra vez. He plantado cara a mi propia muerte y he descubierto la luz de la gracia, el deseo de vivir. Pero sobre todo, me he dejado dominar por la pasión, he dejado que alimente mi odio, mi amor, mi alegría y mi tristeza. La pasión me domina, me gobierna, y yo obedezco.
viernes, enero 15, 2010
Visible Heart
Tras muchas vivencias, que en realidad no son muchas, pues resultan ser más de lo mismo, vuelvo al principio. Regreso al santuario abandonado sin haber aprendido absolutamente nada nuevo, sin experiencia obtenida. Con las mismas heridas que, con el paso del tiempo, se han abierto mucho más en vez de cerrarse.
No he podido sacarte de mi cabeza. Habitas en ella constante, irrefrenable e implacablemente. Cuando te veo, cuando estoy contigo, el calor que invade mi pecho es total. La felicidad es envolvente y embargable. Pero al día siguiente, tu ausencia abre una herida en mi corazón, una herida que se agranda con cada día que pasa. No se cierra, no deja de sangrar.
Tus palabras me llenan los oídos, y ardo en deseo de creerlas todas. Un "Te amo" me suaviza y me hace sonreír, pero me doy cuenta de la falta de sentimiento tras ellas, o al menos lo siento.
Lloro, suspiro y me retiro a un rincón oscuro, dejando que mi paranoia me agobie. El dolor me consume, y no puedo hacer nada.
No he podido sacarte de mi cabeza. Habitas en ella constante, irrefrenable e implacablemente. Cuando te veo, cuando estoy contigo, el calor que invade mi pecho es total. La felicidad es envolvente y embargable. Pero al día siguiente, tu ausencia abre una herida en mi corazón, una herida que se agranda con cada día que pasa. No se cierra, no deja de sangrar.
Tus palabras me llenan los oídos, y ardo en deseo de creerlas todas. Un "Te amo" me suaviza y me hace sonreír, pero me doy cuenta de la falta de sentimiento tras ellas, o al menos lo siento.
Lloro, suspiro y me retiro a un rincón oscuro, dejando que mi paranoia me agobie. El dolor me consume, y no puedo hacer nada.
martes, agosto 25, 2009
Enemigo Demasiado Intimo
La pluma flota sobre el papel, inconstante. Mi cabeza le da vueltas a la misma idea, una y otra vez, sin detenerse. Tú ocupas todos mis pensamientos, melancólicos todos ellos. Promesa tras promesa, todas rotas, y sigo hiriéndote sin proponérmelo, sin desearlo. Pero aún así lo hago.
Nuevamente pruebo ser mi peor enemigo, uno demasiado intimo, demasiado cruel. Lastimándote me lastimo. Te causo dolor, tristeza, y me rompo el corazón al hacerlo. Lloro lagrimas de sangre que dejan manchitas rojas en la blancura del papel.
La pluma sigue flotando sin rasgar la hoja. No puedo escribir nada, me consume la tristeza.
Nuevamente pruebo ser mi peor enemigo, uno demasiado intimo, demasiado cruel. Lastimándote me lastimo. Te causo dolor, tristeza, y me rompo el corazón al hacerlo. Lloro lagrimas de sangre que dejan manchitas rojas en la blancura del papel.
La pluma sigue flotando sin rasgar la hoja. No puedo escribir nada, me consume la tristeza.
Perdoname Ma Petite...